jueves, 29 de diciembre de 2011

Hola, me llamo Euforia.

Guardo la estúpida esperanza de que el mundo comprenda, finalmente, que no soy más que un caso aparte e incomprendido, un humor contrariado.
Soy un despeñadero evidente. Para estar conmigo es imprescindible saber volar, o bien saber caer a golpes delicados.
En mi tiempo libre, guardo los secretos en una enorme casa vacía, vieja y sin olvido. Tengo conciencia, incluso memoria, y ellas controlan el dolor de forma interminable. Pero, ¿para qué me quejo?, el dolor sigue ahí y los días siguen llegando.
Por eso nunca llevo reloj, porque tengo miedo a perderme en una hora exacta. Y lo hago con un odio mutuo y el rencor a flor de labio. Me inquieta la soledad detrás de nada, siempre. Los vacíos se amontonan en el estómago al pasar los días.
Hay dos clases de personas, unas que con el tiempo envejecen y otras que con el tiempo se sepultan en el olvido. Yo en cambio, soy un caso intermedio.
Soy una adivinanza, si averiguas la solución aprendes a dominarme, y si sabes la clave, no me escapo.


1 comentario:

  1. Woow... Me gusto tu frase de: "Me inquieta la soledad detrás de nada"... Tienes una forma de redactar muy especial que hace que te identifique... Te acabo de descubrir... Saludos...

    www.normel.blogspot.com

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