miércoles, 22 de octubre de 2014

#1 Final de agosto

Y espero que no llores cuando se apague el sol,
cuando los días largos de verano acaben,
cuando a las ocho de la tarde contemples la luna
y pienses que tienes ganas de encerrarte en el invierno.
Cuando abras los ojos y te despiertes al final de septiembre,
con la rutina retomada,
la alarma ajustada
y los zapatos preparados.
Cuando no te olvides de volver a cerrarlos justo después del
momento en el que el sol se funde con el mar,
aunque estés lejos del mar,
aunque el mismo mar te haya consumido,
burbujeando por la asfixia de los días paseando
con música de fondo y sin final.
Ahora sólo piensas en ponerte las gafas de sol
para esconderte de los extraños,
para aguardarte de lo ajeno,
para creerte otra persona
y después,

ser tú.