domingo, 15 de abril de 2012

Vingt-trois mois mon cher.

Hay días así. Días que no se sienten, cuando cruzan nuestra vida sigilosos. Días que se vuelven viento. Estos días insolentes en los que tu ropa se ajusta y mi cuerpo se descuelga.
Eres tú el que me has creado, el que me rompió y moldeó según tus labios, tu mirada, tu sonrisa y tu calor. Todo lo anterior a ti me suena estúpido, y aunque pueda ofrecerte todo, todo es poco.
Es todo ese ruido que en mi mente se disfraza de tu voz, y me miente. El mismo que hace de una frase una guerra. Hace de una vida una excusa, y sin dejar de lado esos recuerdos que hacen de tu cuerpo y el mío un espectáculo.
Y es que es la noche la que dice todo sobre ti, y ayer me susurró que a veces, sólo a veces vale más cualquiera de tus besos en una de mis mañanas que todas nuestras caricias juntas.

martes, 10 de abril de 2012

I write dark


Soy un corazón oxidado que muere de sed y se ahoga en orgullo para pasar las penas. Para pasar las penas escribo, intento hacer de un enlace con tres letras en inglés unidas por guión algo decente.
Ser una página en blanco tiene la ventaja de poder ser arrancado por alguien y poder volver a escribirse de nuevo, remodelarse en cada escrito y esconderse tras cada palabra para de una forma u otra reflejarme en cada una de ellas. Siempre tuve un gran problema trascendental, un laberinto irreal creado por mí misma en cual no encuentro mi sitio, busco donde encajar, pretendo elegir las palabras correctas para definirme, saber quién soy y aprender a no dudar y a saber pensar con los pies fríos.
Por eso me refugio aquí, porque soy de esas personas aburridas que suelen morir ocasionalmente sin previo aviso en repetidas veces y recurro a este lugar para hacerme notar y contarlo. Hablar con letras desgarradoras, con ternura o pasión, hablar de amor, dolor o gozo y todo ello hacerlo escritura, escribir desde lo más oscuro.
Escribo oscuro, sí, escribo desde lo más oscuro para dejar la vergüenza que me habita, sin hacerme notar, y poco a poco dejar que algo de luz me deje ver. Que hay ojos que aunque parecen vivos, están vacíos, y aún así parpadean, es todo ruido que en mi mente se disfraza y me inspira, es creerse poeta y morir de hambre, mirar a la luna y estremecerse, es sentirse bien haciendo esto. Es escribir, arriesgarse a gustar o quedar arrinconado en el olvido, dejar sin aliento o hacer esbozar una sonrisa con cada punto y final, ser noche y día, hablar del frío que cala y el calor que derrite.
Hablo con voz rasgada por que soy invisible, y me escondo bajo un sobrenombre de un sentimiento que palpita, y eso es lo que quiero, que palpiten y sean bienvenidos a mi paraíso perdido, donde me presento y me despido a la vez.
                                                                                                                                          
Euforia.