En
mis meras palabras expongo la esencia de mis sentimientos, mi ternura
escrita y que sólo él sabe leer entre líneas.
Voy
a contar algo. Siempre me imaginé con él fuera de aquí, en la
ciudad que más le guste del mundo, establecer una verdadera rutina
de días de diario en los que los viajes no duren una hora sino unos
cuantos minutos. De tardes paseando y Starbucks en mano.
Para
llegar a su boca hace falta recorrer un infinito, escuchar las
palabras de emergencia y salvarme en sus labios. Él es un momento de
felicidad que se repite constantemente como si espiral fuese.
Sueño
despierta agarrada de su mano subiendo las plantas de la Torre
Eiffel, mientras me susurra al oído sus típicas frases en francés
que hacen que el más complaciente escalofrío recorra todo mi cuerpo
milímetro a milímetro sin dejar el mínimo espacio.
Tiene
una capacidad que logra controlar mi voluntad indomable, y en noches
de insomnio pasa por mi mente y decide quedarse un buen rato. Lo
único malo de este amor es la distancia y que los enfrentamientos
por causas remotas que se desvanecen con el tiempo no acaben con un
beso suyo.
Y
después de todo esto hago todo lo posible por encontrar algo que se
le parezca. No es que esté perdido ni sea un ser extraño, es que
para mí no es real. Roza el romanticismo y lo transforma en momentos
de una tarde encerrados entre las cuatro paredes de una habitación
conocida con su música indie de fondo y sus manos en mi cintura. Las
palabras más sinceras son las que se dicen entre besos.
En
su ausencia creo ir en dirección al viento intentando llegar a su
olor, voy por las calles por donde pasamos escuchando las canciones
que me cuentan nuestra historia y en cuanto llego a la adecuada caigo
sobre el misterio de lo que llamamos amor, donde él estaba.
He
llegado al punto y final, al lugar donde se pierden las palabras.
Patricia, el link para ver las bases del concurso de declaraciones de amor del Ayuntamiento de Roquetas es el siguiente:
ResponderEliminarhttp://static.aytoroquetas.org/public/noticias/noticias/Dipticos%20Jovenes.pdf
Un saludo, Felipe