Creo que te he hecho un regalo muy bonito,
quizá no sea el mejor del mundo,
pero te he escrito.
Te he escrito
como yo lo sentía;
te he escrito
como yo te recordaba;
te he escrito
como yo te pensaba;
te he escrito
como a veces te he soñado;
te he escrito
cuando te he llorado,
cuando te he gemido
y cuando te había olvidado;
te he escrito
como yo te veía.
Te he escrito como yo te veía,
y esa puede que sea una manera única,
no porque nadie te vaya a ver como yo,
sino porque nadie,
absolutamente nadie,
te va a ver como yo te quería.
Y ahora solo te regalo mis letras,
que en el fondo,
siempre han sido tuyas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario