martes, 3 de diciembre de 2013

Yo no quiero hablar de ti, no quiero hablar de mí.

El día que vuelva a escribir tal vez lo haga sobre ti,
sobre tus sonrisas a media tarde, sobre el cabreo que pillé aquel día,
sobre lo triste que estuve, o lo incomprendida.
Tal vez escriba sobre él, sobre tu ingenuidad,
sobre su ignorancia general o sobre mí,
sobre la pobreza, la falta de ímpetu,
la fragilidad sin elegancia.
Esa fragilidad que me deja contra el sofá y no me deja hacer ninguna cosa.
Tal vez hable de todas las verdades, tal vez de otras.

Pero mientras dejaré que mis vaguezas venzan,
a cualquier otro impulso
y así no pensar en todas esas cosas sobre las que debería estar escribiendo.



Sigo durmiendo dentro de aquella noche fría.”

sábado, 30 de noviembre de 2013

La fabulosa historia de una pareja tóxica.

El fin de semana que no paró de llover sólo pude sentirme como peces de ciudad.
Con las ganas de piscinas en verano pero teniendo ante mí la llegada de diciembre. Mientras, en la habitación, escucho la canción más fea del mundo e imagino que tú me llevas a la playa. Ahora que te dejo de imaginar, siento que somos frágiles, que esta ciudad es el lugar donde viene a morir el amor.
Aunque yo te vi primero, tengo que aceptarlo y decirte adiós. Aún así, déjame que sonría, que no llore el sol, porque ésto no es un funeral, simplemente son cosas del invierno.

lunes, 28 de octubre de 2013

Desvaríos constantes y huidas de vuelta.

Hoy he vuelto aquí, al sitio de siempre, al rincón de mis memorias y desvaríos donde en la mayoría de los casos se encuentra.
Aquí, donde le guardo, aquí donde se guardan las cosas puras, las que no se pierden jamás. Yo que suelo mantener su nombre guardado, sin darme la oportunidad de nombrarlo, y es que resulta que la desilusión también sirve de alimento, aunque los vacíos existenciales nunca se llenan, solo se camuflan. Yo siempre me estoy yendo y sin embargo sigo aquí, a veces se muere de amor y vives para contarlo y otras simplemente tiras de la melancolía para alimentarte a ti misma, sin tener que pedir ayuda a nadie. A esa distancia me sentía bien, desde la orilla, sentada, con el viento fuerte en la cara, el pelo despeinado y cerca de mar. No tengo remedio para mí misma, ni para mí ni para esta angustia. 

Con el tiempo he aprendido a caer y levantarme. He subido a montañas en un proceso lento, y cuando he estado en la cumbre, he vuelto a caer al vacío tirándome por el precipicio, de tu boca. También aprendí que a veces se rompe algo por dentro sin hacer ningún ruido, y otras, nos ensordece el estruendo, como si anunciara a la tempestad. La tempestad de aquel pobre que habla sin oírse, porque o bien no tiene nada que decir o por otra parte no tiene a la persona adecuada para recibir esas palabras, que cobran sentido al ser escuchadas por alguien. Me reencuentro contigo para darle sentido a mis recuerdos, al saber que cada uno está hecho de esas cosas que ya no son y una vez fueron, fueron uno. 
Fueron otoño y mariposas, un viaje a Lisboa pasando por mi habitación, recorriendo tus venas, días en el parque, viviendo incendios de nieve y cruzando el camino de esa "Fabulosa historia de..." para acabar en una pareja tóxica llenos de polvo y flores. Mi piel blanca adornada por un grupo de lunares a cada esquina de mi espalda que a falta de arena, consume lo que queda de mí, al igual que el paso del tiempo. El tiempo en el que se consume una canción, canciones que son verdades. En mi caso la verdad es que olvidarte significa renunciar a mí misma, olvidar que estoy hecha pedazos que ahora están dispersos, pero pedazos hechos según el molde de tus manos.
Llegados a este punto no tengo ni conclusiones, cabe la esperanza de que cuando aprendamos a hacerlo mejor, no necesitaremos de tanta compañía y de malgastar tanto sentimiento para hacer el intento de vernos reflejados en otros ojos. Tristeza es cansarme de borrar lo que escribo sabiendo que, aunque no tiene sentido, por dentro la tinta es indeleble.
Voy a romper tus ventanas y voy a entrar como el aire. Porque eso es lo único que no se ha consumido. La próxima vez que vuelva a escribir prometo no volver a hablar de amor, aunque no prometo que no hablaré de él.
Mantendré los ojos cerrados  por si regresas a mis recuerdos, porque lo que no vuelve, a veces mata.

miércoles, 3 de julio de 2013

Imantándome.

Volar sobre el mar, sonreír encima del llanto, crecer a la velocidad del rayo, pintar los colores de una sombra y llover por dentro. El eco en mi cabeza resulta cada vez más aplastante, me asfixia y esta vez no es por falta de aire, sino todo lo contrario. La presión en mi pecho y cada dolor en mi vientre han caído en la gravedad de un asunto sin punto y final que pasa de un lado del andén al otro del tren de turno en la estación donde forjamos una historia con viajes de ida, vuelta y tickets de autobús al uso.
Una historia que entre una y otra cifra suman seis. Me rompe al respirar, me duele al respirar, lo noto al respirar y quema dentro, porque aún no supimos domesticar al domador, que al fin y al cabo y cayendo en la conclusión no existe.
La baraja de cartas sobre la mesa no se mueve porque aquí nadie cree en el destino, sólo en nosotros que somos los que dejamos cada huella en cada parte.
Las casualidades dejaron de tener sentido hace mucho tiempo. Sólo puedo creer en lo que necesito, en los incendios de palabras y recuerdos que no llegan ni a fogata porque ni uno ni otro quiere hacer desaparecer nada de lo que ha ayudado a construir lo que somos a día de hoy. Dos locos atemorizados por los kilómetros y el tiempo, y embullidos por la euforia que supone bajarse en la parada y saludar con un beso. 
No puedo perder el sentido ni el rumbo, no puedo abrir los ojos y no estar abrazada por la espalda, no quiero equivocarme. 
Ya me he dado cuenta de que hay ascensores prohibidos y pecados compartidos porque siempre supe que estabas cerca, por lo decir al lado. Pero cayendo en cuenta y sin poder saber por qué, no tengo la inspiración ni las ideas para hablar, ni tan siquiera para escribir, y ahora escribo párrafos sueltos a modo de diario a los que intento dar sentido uniéndolos para darme sentido a mí. 
Por eso y sin creer en mí, me remito en repetir palabras leídas, no hará muy lejos que se parecen a mis memorias, y es que mañana será un lunes cualquiera, pero yo quiero despertar contigo tumbado al raso.


                                                   "Que bajen tus labios y me callen, si no empezaremos a silbar".


miércoles, 29 de mayo de 2013

Ático cuarto.


Aunque a veces quiera matarte y tú quieras acabar conmigo tenemos que hacer un pacto.
Un pacto sagrado y cumplirlo.
Prométeme que me recordarás que no puedes hartarte de mí por mucho que lo parezca.
Prométeme que volverás cada vez que lo necesites o te lo pida al ático para borrar los errores analíticos. Te espero allí, en el centro de la tierra donde si se acaba todo no hay que temer por los monstruos que se esconden detrás de as cortinas. 
Has sido tú quién se ha llevado todas mis excepciones y yo ni me he enterado porque fue en un segundo atómico.
Porque todos llevamos un asesino dentro y yo a veces le ayudo a matar el tiempo para que se pare.

miércoles, 15 de mayo de 2013

No te duermas, es 15/5.

He visto tus ojos a punto de dormirse,
cerrados pero despiertos, escuchando atento.
Te he visto abrazarme como si el amor fuera eso y creer que estabas tan cerca que ibas a atravesarme, incluso a meterte por dentro.
He visto tu cuerpo casi desnudo.
Tus piernas abrazarme.
Tus brazos firmes.
Me he dormido un poco,
 como quien se siente protegido y no quiere despertar.
Habría pasado unas horas así, y más horas así, estaría así todavía,
si no fuera por todo lo que tenemos que hacer aún juntos.

miércoles, 6 de marzo de 2013

No mienten.

Se abrió la herida que puse a secar al sol, vuelve a sangrar.
Los sueños no mienten y ayer volví a soñar con usted.
Apostar por el vacío es algo peligroso.
Otra vez muertos de frío.
Cuando vuelvas a buscarme me encontrarás sola.
Hubiera preferido tu rechazo frontal a tu ambigüedad envenenada.
Te confieso que no lo he conseguido, de verdad que lo he intentado.
Los sueños no mienten y ayer volví a soñar con usted.

sábado, 23 de febrero de 2013

Uno de los días en que odié.

Yo quería salvarte a ti como una vez tú me rescataste a mi,
y tal vez ese sea el origen del mal, no tú.
Y es mi incapacidad la que me frustra y no tú.
Y es mi exigencia la que me bloquea porque no me gusta, y no tú.

Tal vez,
o tal vez seas tú,
es bastante posible.

martes, 15 de enero de 2013

Raro.

Sé que estás aquí porque el viento es frío y cala mis huesos y se escucha el eco de una mujer que canta una canción, y estamos en mi habitación. Allí, somos un rincón secreto de libros, somos miradas sutiles y encuentros casuales. Éramos de todos ellos y fuimos nuestros.


domingo, 6 de enero de 2013

La grande partie de ma vie dans un "je t´aime".

Voy a camuflar mis letras para que sólo tú puedas entenderme, para que sólo tú me leas. La pasión es ese estado anímico o emocional que está entre la emoción pura que es muy intensa pero a la vez corta o el sentimiento que es muy largo y a la vez muy fuerte, éste es el que hace que entienda que el amor y el deseo no necesitan normas ni papeles, únicamente cama y mucho corazón. Mi corazón sabe que es contigo, así como tú sabes que es conmigo. Apenas me rozaste me empecé a descongelar de mi mundo para vivir en tu invierno rodeada por el calor de tus brazos, me hacías conocer el verdadero amor y me hacías crecer al mismo tiempo que sonaba tu música, y ahora me doy cuenta de que te pareces a todas las canciones que existen. Si fuera verdad eso de que toda persona tiene un alma gemela, podría apostar y no equivocarme de que tú eres la mía, tú eres el que me ha hecho y modelado, a tu medida rellenando las partes que me faltan. Por alguna extraña razón tú y yo somos perfectos juntos y eso es quizás lo que más miedo me provoca, sentirme imperfecta sin ti, rota, vacía. Pero entonces pasa y te aferras como si no hubiera otro lugar donde sostenerte que no sean sus manos y el límite sea llegar a sus labios y acariciarlos con besos, acostumbrar tus ojos a los suyos como cuando vas a oscuras y tientas, recorres los pasillos hasta llegar a la puerta que te lleva con él. Puedo reconocer a los que están enamorados, esos que comprenden la diferencia entre suspirar y respirar, respirar gracias al otro. El concierto en el cielo y la lluvia de aplausos me hicieron encontrar la melodía perfecta en tu respiración. Siempre fuimos nosotros, pero únicamente estábamos esperando a darnos cuenta. Ahora soy una piel blanca adornada con mi enmarañado pelo que poco sabe de su color, y dentro de mí hay una dulce tristeza. La tinta en mi piel, las canas en mi cabello, las ojeras de mi cara, las palabras de mi boca y el deseo de mi vientre, todo eso será tuyo. Ya hace algunos siglos empecé a sospechar que he caído sin quererlo en tu gravedad cuando me dabas días astrománticos y ahora pido que seas el yodo que yo fui para ti en mis heridas, querernos hasta que duela. No podría llamar al olvido con tu nombre, es como pedirle a la luna que sonría, una imposibilidad, su sonrisa está en el lado que no vemos, y sólo a nosotros nos da sus eclipses. No podría no agradecer que me hayas mostrado lo que son incendios de nieve, algo que a simple vista parece imposible pero si lo piensas es una definición perfecta para lo nuestro, nos movemos bien en el frío siendo pasionales. Podemos hacer un incendio de letras que no llegue ni a fogata porque no es necesario derretirnos.
Devuelve las olas al mar, las nubes al cielo y mi alma a este cuerpo que un día prometiste desear, y regresa. Quiéreme para todo, cuando quieras, como quieras y donde quieras, pero quiéreme siempre, amor.










Con las ganas - La Niña Imantada - Niebla - Shake it out - Del Invierno - Hermética - Never let me go - When you`re gone - En la habitación - Incendios de nieve - El lugar donde viene a morir el amor - Incondicional - Un día en el parque - Elástica Galáctica - Nadie por las calles - Mi rutina preferida - Domingo astromántico - Lo que te hace grande - Noches reversibles - Cosmic love - VCR - Lisboa - Olor a mandarinas.