jueves, 2 de febrero de 2012

Bienvenida de nuevo

A través de mis gafas de sol solía ver el mundo en el punto justo de cómo quería que fuese. Todo el mundo solía tener esa corazonada de que yo era profundamente rara, nunca entendí el por qué de esos comentarios en los que todos ellos me definían con palabras de un contenido favorable, la cuales siempre he rechazado y aún así no negar que yo fuera algo anormal.
Mis recuerdos corren por las líneas de mi mano y se entrecruzan recordando todo lo que tuve y aquello que perdí. A veces me replanteo quien fue el malo aquí, y porqué decidí no volverte a ver. Mi vida es una abstracción, no existen los objetos materiales y clausurar está prohibido, pues puedo hablar de lo posible y de lo imposible, de lo actual, lo pretérito o el porvenir, o incluso puedo hablar de mi misma, como suelo hacer en la gran mayoría de las veces y debatir mis argumentos.
Me ha vendido hasta mi propio ángel de la guarda, y he caído en la cuenta de que todos me dejaron caer, en un vacío inmenso del cual sólo podía salir yo sola, deshaciendo toda la gélida nieve que rodeaban mis sentidos y aplazando mi fecha de caducidad. Aunque en muchos casos podría haber reunido lo mejor de lo que viví en cada momento y rehusarme a tener que recurrir al contacto físico y enfrentarme cara a cara para satisfacer mi necesidad ambigua de saber que hay quien sigue ahí.
Fueron mis cambios de humor, mi carácter de doble página o mis ganas de aislarme y sufrir ahogando mis dolores contra la almohada. He visto abismos peores con la diferencia de que en ellos han podido salir de una pieza intacta, yo en cambio he llegado hasta aquí mendigando por esos recuerdos y quedándome lo que a mi juicio gana, y son esa parte de mi vida a la que defino con “felicidad”, constituida principalmente y siendo fiel desde la salida de esta carrera a lo que realmente fui y en estos momentos creo ser. Hoy en día no creo encontrar nada de lo que pueda arrepentirme, y vagando un poco en el recuerdo diré que las mujeres difíciles son las que realmente enamoran a los hombres.

                                

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