como si verme llorar fuese tu debilidad.
Hazme tuya con esmero y sin reparos,
ajustando todas las cuentas pendientes
que se ahogan en el espacio que nos separa.
Cúrame de día del dolor
y ayúdame a dormir por la noche
sin temer a todos esos demonios que no provienen de ti.
Abrázame como si no notaras mis huesos en tus brazos al rodearme,
y que me sienta protegida por ese momento.
Rueda conmigo por la alfombra
y hazme volar convirtiéndote de nuevo
en un desastre natural que no destroza todo a su paso,
en un desastre natural que no destroza todo a su paso,
sino que sólo lo revoluciona.
Recuerda esta parada,
como aquel pasajero de tren que siempre vuelve al mismo lugar
como aquel pasajero de tren que siempre vuelve al mismo lugar
donde los recuerdos se renuevan y la piel se funde.
Lléname los pulmones del humo que exhalas
para recordar la aceleración en mi pecho
cuando las habitaciones quedan cerradas.
cuando las habitaciones quedan cerradas.
Ayúdame a perdonarte cuando no estés
y recurra a las palabras para trazar
y marcar el tiempo en el que me visitas.
y marcar el tiempo en el que me visitas.
Pero no dejes de quererme a nuestra manera,
porque no hay infinitud más profunda
que la de dos que vuelven a refugiarse juntos
después de la sequía del desierto.