Desde
que tú y yo somos
no hay palabras que expresen mejor
lo que me dice tu mirada,
ni noche en la que no explore descalza
el contorno de todo tu cuerpo.
No hay inviernos solitarios en los que vagar
ni autobuses vacíos de ganas para viajar de noche
y llegar a otra ciudad
en la que siga sintiéndome igualmente tuya.
En el tiempo que transcurre
mientras mi fragilidad
se disfraza de fortaleza,
aquella que me brindas,
escribo versos que ya no lloran
al no pertenecer a un corazón marchito,
sino a alguien que se siente protegido en un abrazo.
Desde que tú y yo somos
sé que quien te besa los ojos
te está cuidando bien,
y que acostumbrarse
puede ser algo realmente hermoso.
Y hoy,
hoy sólo sé,
que el reflejo más limpio
es el de mis ojos en los tuyos
cuando me despierto.
no hay palabras que expresen mejor
lo que me dice tu mirada,
ni noche en la que no explore descalza
el contorno de todo tu cuerpo.
No hay inviernos solitarios en los que vagar
ni autobuses vacíos de ganas para viajar de noche
y llegar a otra ciudad
en la que siga sintiéndome igualmente tuya.
En el tiempo que transcurre
mientras mi fragilidad
se disfraza de fortaleza,
aquella que me brindas,
escribo versos que ya no lloran
al no pertenecer a un corazón marchito,
sino a alguien que se siente protegido en un abrazo.
Desde que tú y yo somos
sé que quien te besa los ojos
te está cuidando bien,
y que acostumbrarse
puede ser algo realmente hermoso.
Y hoy,
hoy sólo sé,
que el reflejo más limpio
es el de mis ojos en los tuyos
cuando me despierto.