De tanto malvivir, de tanto malquerer,
me he dado cuenta de que en lugar de huesos tengo espinas,
y que en algún lugar de este cuerpo se encuentra un corazón empolvado.
y que en algún lugar de este cuerpo se encuentra un corazón empolvado.
Hablar sin parar y pestañear en los
momentos donde no había nada que decir, porque de tanto aguantar el
peso del misterio me he partido,
y ahora lo que quedan son grietas y
pedazos sueltos.
Y de tanto buscarme me he perdido,
entre la arena y la sal de agosto,
y busco refugio en septiembre,
aunque a ratos pienso que aún tengo
cosas que decir,
que van a quedarse sin decir.
"Cuando acabó aquel letargo sin fin, me quedé en agosto a vivir"