Yo la tristeza la uso para saber que mi memoria sigue viva,
porque no hay tristeza que sirva para olvidar.
Hay algo que aún ignoro,
que los recuerdos no se van con los gritos.
Hoy sentí una tristeza de esas que dan ganas de abrazar.
La miré y pude comprenderla, porque escribir no sólo es volar,
también es caer.