Una melodía oscureció todo y de pronto estaba sentada frente al espejo, viendo como se rompía su cuerpo y salía libre de él, entendiendo a su vez que un hombre a medias no le sirve a ninguna mujer completa. Porque no se puede tocar el cielo con las manos llenas de nostalgia viajó donde la trataron con el apego que yo no supe darle, sintiéndose la mujer más dichosa, y aprendió que cuando no es acierto ni error es simplemente amor, aquello que había encontrado tras salir de una mustia agonía.
Yo era un todo constante en su vida hasta que decidí desaparecer, sin saber muy bien aún por qué y sintiéndome culpable por el dolor que causé, reprochándome a mí mismo todo el pesar que ella sintió durante tanto tiempo. Hasta que hoy, la encontré sin esperarlo, sin saber cómo actuar ante ella, con la vergüenza de un pasado juntos que acabó en llantos y distancia, pero sin más, paseando por la calle me vio, respiró profundo y le dijo al amor de su vida: "mira, hace mucho tiempo yo te confundí con él".